En San Miguel del Tucumán, donde el Dakar tiene su día de descanso, Juan
Manuel Silva hizo un repaso de la primera semana de competencia a bordo
de la Amarok.
A diferencia de ediciones anteriores, el Dakar 2013 tuvo un comienzo
extremadamente complicado en Perú, donde la exigencia tuvo su pico
máximo en las jornadas iniciales. Luego se transitaron terrenos menos
hostiles en Chile y ahora en Argentina, donde se completaron ocho
etapas, primera semana de competencia, que desde mañana entrará en su
etapa final rumbo a Santiago de Chile, con fecha de llegada el 20 de
enero.
A bordo de la VW Amarok que desarrollaron los hermanos
Barattero y que utiliza un motor de Oreste Berta S.A., Juan Manuel Silva
y su navegante Rubén García, vienen desarrollando un Dakar plenamente
evolutivo, con un comienzo complicado pero paulatinamente se fueron
solucionando algunos inconvenientes hasta llegar a este presente, con
etapas entre los 40 más rápidos.
Ayer, en la etapa más complicada
que terminó siendo suspendida por la crecida de ríos, el Pato tuvo un
desempeño fantástico. Fue uno de los últimos que cruzó el punto más
crítico del camino y estaba 18º en la Especial, pero con la suspensión
que establecieron las autoridades, tomando como referencia unos minutos
antes al paso de Silva por dicho sector, no permitieron cristalizar
dicho trabajo.
Con el objetivo claro de llegar a la capital
chilena, el piloto de Chaco ya planifica los próximos días de
competencia. Desde el puesto 73 de la general de coches, Silva ya piensa
en mañana, cuando deberá llegar a Córdoba con un Especial de 593
kilómetros y un enlace de 259.
Juan Manuel Silva: “La
verdad es que estoy contento, venimos evolucionando día a día haciendo
un buen trabajo tanto en las etapas como en los campamentos junto al
equipo. Fue una lástima haber comenzado con esos inconvenientes y perder
tanto tiempo en las dos etapas iniciales, pero venimos de tres días con
un gran ritmo y sin inconvenientes. De hecho, ayer llegué a estar 18º,
pero fue una lástima porque suspendieron la etapa minutos antes. Cuando
vimos, junto a Rubén García, que el río crecía y se iba a poner
complicado, decidimos tomar otro camino por un terreno mucho más
difícil, pero que me permitió cruzar. Los que venían atrás y seguían el
camino original, quedaban ahí. La realidad es que el Dakar todo los días
pone diferentes obstáculos y dificultades, y el espíritu es ir
superándolas. La Amarok está bien, sólo nos falta solucionar el
inconveniente de temperatura en el combustible los días de mucho calor.
El objetivo es llegar a Santiago de Chile. Estoy disfrutando mucho,
superando cosas increíbles Será importante tener buenos puestos de
largada en las próximas etapas para no encontrar competidores más lentos
ni caminos muy rotos”.