Es más fácil cambiar a un director técnico que a todo un plantel y eso
lo entendió a la perfección Héctor Chaparro, ya que una extensa reunión
con uno de los máximos dirigentes de la institución el DT más ganador de
la historia del fútbol formoseño decidió dar un paso al costado, su
decisión es indeclinable.
La relación entre algunos integrantes del plantel y parte del cuerpo
técnico con Héctor Chaparro no venía siendo buena; el DT trató siempre
de seguir adelante entendiendo que por encima de las personas estaba la
institución, otro de los cortocircuitos fue con el preparador físico
pero los éxitos hacían que todos continuaran.
Según trascendidos, los problemas en Sol de América comenzaron cuando
el experimentado arquero Laureano Tombolini y el volante Jonathan
Belforte (abandonó sorpresivamente Formosa para arreglar con Los Andes)
expresaron su disconformidad con la preparación física, indicando que
era éste uno de los motivos para que no fuera mejor la campaña del
equipo formoseño.