El decano es líder absoluto con diez puntos de diferencia sobre sus escoltas, aparte derrotó a su clásico rival después de 8 años de sequías en torneos federales. Todo parecía caminar sobre rieles, los resultados y el ánimo de la gente así lo demostraron. Pero siempre aparece un palo en las ruedas y esta vez, salió desde el mismo seno del club.
Este jueves cuando los dirigidos por “Tuti” Chaparro se prestaban a hacer fútbol con vistas al cotejo del domingo ante Colegiales, se encontraron con las estrictas directivas de Marina Kapetinich de no utilizar el campo de juego del Centenario por la lluvia caída en la tarde. Cabe destacar que sólo se trato de un chaparrón y el terreno no se vio afectado como sí lo había sufrido el domingo. El entrenador Chaparro acompañado por algunos futbolistas recorrieron el campo y notaron que estaba en perfectas condiciones, pero no hubo forma de revertir la decisión de la mujer que comanda las órdenes del club decano.
Inmediatamente Chaparro pretendió hacer fútbol en la cancha de hockey, pero recibió la negativa porque a esa hora entrenaban las chicas de dicha disciplina. El rostro del entrenador lo decía todo y aún la sorpresa de algunos jugadores que también no podían encontrar una explicación y algunos pensaron en voz alta “menos mal que vamos punteros y con diez puntos de ventaja, porque sino entrenaríamos en la vereda del club”.
Lo cierto es que Chaparro mando a sus domicilios a los jugadores y Sarmiento perdió un día de entrenamiento. Todos fueron citados para este viernes por la mañana en el Centenario para hacer fútbol, aunque si llueve tampoco le permitirán hacerlo en el estadio.
¿Cuál fue el motivo que Kapetinich prohibió que hagan fútbol? El motivo es preservar el campo para los partidos de Copa Argentina, que tendrá como protagonistas a otros equipos. ¿Y Sarmiento? Por ahora no es dueño de hacer fútbol para su competencia en el torneo federal y con una decisión tan absurda que deja en evidencia la poca capacidad y conocimientos de quienes toman determinaciones que no benefician al club. Es más, en el mejor momento futbolístico en años, cuando la gente disfruta la punta y las mieles de haberle ganado a su clásico rival, alguno se encargan de ponerle palos en la rueda a la campaña y lo peor que viene desde adentro.
EL AGUANTE DEPORTIVO
