Antes de ser entrenador de Sarmiento, en su recorrido como
futbolista, Raúl de la Cruz Chaparro tuvo una extensa carrera en varios
equipos del fútbol argentino, donde vistió la casaca de una docena de
equipos. Centroatacante y goleador exquisito, el formoseño tuvo un paso
por el seleccionado argentino, y fue ídolo en varias instituciones. Pero
lo que pocos recuerdan es que aportó juego y goles, nada menos que en
el equipo azulgrana bicampeón de 1972. “Tenía apenas 18 años cuando
debuté y después me fui mezclando con ese gran equipo que formó el
‘Toto’ Juan Carlos Lorenzo”, recordó.
Este viernes 25 de enero, a las 20 horas, en el Estadio Centenario de
Resistencia, su equipo, el Club Atlético Sarmiento, jugará un partido
con San Lorenzo, donde estará en juego la Copa Chaco de Verano. A horas
del partido, Chaparro reconoce que será un momento especial para él.
“Siempre es lindo jugar contra un grande, en mi caso, es muy especial
que sea contra San Lorenzo porque allí jugué desde séptima división
hasta llegar a Primera, donde tuve la alegría de compartir la cancha con
esos monstruos que formaban ese equipo de 1972”, destacó.
Pese a ello, el entrenador invicto del Decano en el Argentino B, sabe
que el objetivo “no es ganarle a San Lorenzo, sino continuar con la
preparación para llegar bien afilados al debut con Textil Mandiyú”,
manifestó.
El Decano marcha en la cima de la Zona 4 con 29 unidades, con siete de
diferencias sobre sus escoltas, Sol de América y For Ever.
“Hemos realizado una pretemporada muy buena y esperemos poder plasmar
en la cancha todo lo que se practicó”, señaló. En ese contexto, avizoró
“un torneo muy complicado con equipos competitivos que saldrán a jugarse
contra Sarmiento”.
Chaparro destacó que “se trabajó mucho en la concentración y también en
varios aspectos del juego, porque se deben pulir algunas cosas que
realizamos en la primera parte del certamen”, resaltó.
Volviendo sobre el partido ante el Ciclón, el formoseño destaca que
para él será un evento emotivo porque si bien luego fue ídolo en Tigre,
en Instituto de Córdoba y varios clubes más, fue en el club de Boedo
donde se inició.
“Recuerdo que yo era uno de los más jovencitos del plantel, y en esa
época charlaba mucho con Chazarreta, que era de Chaco, es decir de
nuestra zona, y era todo un ídolo para la hinchada de San Lorenzo”,
señaló y agregó, “era y es un tipazo del que guardo muchos recuerdos,
ojalá podamos juntarnos en algún momento, porque sé que además es ídolo
en Sarmiento”, recordó.
CÓMO JUGABA EL DT AURIRROJO
Según la mayoría de las crónicas, se puede calificar a Chaparro como un
delantero veloz, habilidoso y con una gran definición. Apodado “Tuti”
por todos y el “Científico” por la prensa nacional, tuvo un gran
recorrido por el balompié nacional, donde marcó una carrera de casi dos
década a puros goles y exquisiteces.
Pese a su estatura, marcó muchos goles de cabeza y es unos de los pocos
goleadores del fútbol argentino que pasó la barrera de los 100 goles en
primera división. En total, sumando su etapa en el ascenso, fueron 147
las veces que mandó el balón al fondo de la red, en su carrera.
Debutó en San Lorenzo en 1971 y participó los bicampeones de un año
después, compartiendo cancha con los hermanos chaqueños, Enrique y Pedro
Chazarreta. Tras un breve paso por Gimnasia y Esgrima de Jujuy, regresó
a Boedo, donde jugó hasta 1975. Luego pasó a Tigre, donde es uno de los
máximos ídolos de todos los tiempos, jugando 137 partidos y anotando 61
goles con la camiseta de los de Victoria.
Tras un breve paso por Chacarita y San Martín de Tucumán, equipos donde
también dejó su sello goleador, recaló en Instituto de Córdoba donde,
entre 1980 y 1982, jugó 67 partidos y anotó 37 goles, siendo el goleador
del Nacional de 1981, con la casaca de la Gloria cordobesa. Allí,
recibió el apodo de “el científico”, es que de visitante, le marcó tres
goles a River y un relator lo bautizó de esa manera lo “imposible” de la
jugada previa donde eludió a cinco jugadores rivales. Según una crónica
de aquella noche de triunfo ante los “Millos”, había gente que “quería
pagar la entrada de nuevo, para volver a ver el segundo de los tres
goles que Chaparro le marcó a su rival, en el 5 a 2 a favor de su
equipo”.
Su gran desempeño lo llevó al seleccionado y al propio River Plate. Con
la casaca nacional compartió exquisiteces con Diego Maradona, pero
César Menotti decidió “cortarlo” antes del Mundial de España (1982). En
la Banda, fue figura de un equipo opaco, donde sin embargo ya se asomaba
Enzo Francescoli, así y todo anotó 9 goles con los de Núñez, en un
total de 33 partidos. De allí recaló en Rosario Central, donde también
dejó su sello con 14 gritos.
Regresó a Córdoba y durante varios años desparramó su talento en
Belgrano y Racing de Nueva Italia. De allí, sus goles lo llevaron a
Colón, donde marcó 12 goles en la temporada 1988-1989, de allí, se mudó
a Defensores de Belgrano donde finalizó su carrera con un puñado de
partidos, anotando otros 6 goles más.
ANÉCDOTA PARA RECUADRO:
Del recuerdo y la importancia que tiene San Lorenzo en la
carrera deportiva de Chaparro, queda una anécdota jamás aclarada por él
ni por nadie: En una gloriosa tarde jugando para Instituto, los
cordobeses le ganaban 5 a 0 a San Lorenzo de Almagro, sólo cuando se
habían disputado los primeros 45 minutos de partido. Ovacionado, el
“Duende” como relatan las crónicas de entonces, fue el autor de tres de
los cinco goles y participó en los otros dos. Increíblemente, Chaparro
se fue muy ovacionado y emocionado del campo de juego, y muchos todavía
no entienden ni saben porque el formoseño no salió a jugar el segundo
tiempo, en un encuentro que pintaba para catastrófico para el Ciclón.
Algunos señalan que su pasado Azulgrana pudo haber pesado en él…
Fuente: www.casarmiento.com.ar