En la noche del domingo, vía telefónica, el presidente Bruno Carlino decidió despedir a Fabián Ponce, quien pensaba que todavía podía dar vuelta la historia. Es el tercer entrenador del equipo en este torneo federal ya que antes se había ido Waldino Casco.
La elección del sucesor de Ponce seguramente no ha sido fácil, porque el ex Italiano, quien dirigió un partido con el equipo mayor a modo de interinato, deberá llegar para sacar adelante a un plantel golpeado y que se encuentra en posición de descenso en la Zona 4 del Torneo Argentino B.
Habrá que ver si Carlos López se adapta inmediatamente a Corrientes, si puede ser un factor que descomprima la situación y los potencie anímicamente. Con Ponce habían sumado algunos puntos más que con Casco, pero los resultados tampoco lo acompañaron, y la derrota ante Rosamonte fue un detonante.
Lo que sí se debe rescatar del trabajo del entrenador saliente, es que los jugadores mejoraron su condición física luego de la pretemporada; pero estas son las reglas del juego y el primer fusible siempre es el entrenador.
Mañana, luego de su llegada a Corrientes, Carlos López empezará a manejar el plantel del Deportivo Mandiyú y se encontrará con una realidad difícil, con un plantel reducido, y con una situación apremiante porque el equipo suma 12 puntos -le podrían sacar 1 si prospera la protesta de Chaco Ever- en 16 presentaciones, a 6 de Sportivo Patria -el último de la zona que se salva- y con 10 partidos por delante.
